lunes, 26 de octubre de 2009

FILIALleprosaENfrancia

miércoles, 22 de julio de 2009

Apocalipsis - Capítulo 16


Introducción

E n el capítulo anterior, leíamos: << Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles >> (V. 8) . Justamente, de esto trata este capítulo. Trata del desarrollo y detalle de la ejecución de esas últimas plagas que Dios enviará a este mundo enemigo Suyo. A partir de que se da la orden de ejecución de la sentencia (V. 1), ésta se cumple en lo que parece ser un escalonamiento sucesivo, es decir, plaga tras plaga, una detrás de otra, hasta la consecución final de todo ese juicio: El Armagedón (16: 16). Consecuentemente, estas plagas serán enviadas en los últimos días antes de que Jesucristo venga en gloria, y en el momento en que aparece. En cuanto a esto último, comenta Walvoord:<> (refiriéndose a la Bestia Anticristo), terminará con la Segunda Venida de Cristo, cuando el mundo será juzgado y la maldad, destruida. Este suceso coincidirá con la batalla de Armagedón y los juicios que acompañarán al segundo advenimiento de Jesucristo a la tierra>> .

Recordemos que cuando el séptimo ángel que lleva la séptima trompeta, la haga sonar (11: 15; 10: 7), todas esas siete plagas finales serán derramadas, una tras otra. Para ese tiempo, las dos bestias estarán en pleno auge de su maldad.

domingo, 19 de julio de 2009

AmisHIJOS


Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?

De un lago con gaviotas
blancas y hambrientas.

Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos
una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo,
quemándonos la vida.

Así llegaste al mundo.

Pero ella para verme
y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.

De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra,
del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos,
desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.

Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje,
en la más alta rama
que contigo alcanzamos.

Paulo Coelho


En cada uno de nosotros vive un guerrero de la luz, alguien capaz de escuchar el silencio de su corazón, de aceptar las derrotas sin dejarse abatir y de alimentar la esperanza en medio del cansancio y el desaliento: "Los guerreros de la luz conservan el brillo en los ojos.Están en el mundo y forman parte de la vida de otras personas. No siempre son valientes ni actúan correctamente.Sufren por cosas inútiles, a veces se consideran incapaces de crecer y con frecuencia se creen indignos de cualquier bendición o milagro. No siempre están seguros de lo que están haciendo aquí y pasan noches en vela pensando que sus vidas no tienen sentido. Por eso son guerreros de la luz.Porque se equivocan. Porque se preguntan. Porque buscan una razón, y no se detienen hasta encontrarla.
Ahi mis queridos amigos les dejo el enlace a un libro maravilloso ( es un PDF y pueden guardarlo

El miedo fundamental es el miedo a la muerte


¿Puede hablar un poco más sobre ese fenómeno que denomina "sumergirse en la nada"? Parece como si se tratara de caer en un espacio vacío y me produce dudas y mucha inseguridad.

"La palabra vacío denota ausencia de ocupación. Si uno va hasta su raíz, descubre que en realidad es una palabra hermosa. La raíz es fecunda en sí misma: significa ocio, desocupación. Estás vacío siempre que estás ocioso, desocupado.

Recuerda el proverbio que dice que la mente vacía es el taller del demonio; es una tontería. Todo lo contrario: la mente ocupada es el taller del demonio. La mente vacía es el taller de Dios, no del demonio. Pero deben comprender lo que quiero decir cuando hablo de "vacío"; me refiero a ocio, serenidad, ausencia de tensión, ausencia de movimiento, ausencia de deseo, ausencia de destino. Es sencillamente estar aquí, completamente presentes. Una mente vacía es presencia pura...

Hay tres estados de la mente. El primero es de conciencia más contenido. Siempre hay un contenido en la mente, trátese de un pensamiento, un deseo, ira, codicia, ambición. Siempre hay algún contenido en la mente, la cual nunca está sin ocupación. Hay tráfico durante todo el día, todos los días; hay tráfico en la vigilia y también en el sueño...

El segundo estado de la mente es conciencia sin contenido. Eso es la meditación. Estás totalmente alerta y hay un vacío, un intervalo donde no hay pensamientos. No estás dormido, sino despierto, pero no hay pensamientos...

Y hay un tercer estado...

Este tercer estado se denomina samadhi, o ausencia de contenido, ausencia de conciencia.... y es a este estado al cual se refiere Buda cuando habla de shunyata o vacío.

Primero debes abandonar el contenido para estar medio vacío y después abandonar la conciencia para estar completamente vacío. Y este vacío pleno es lo más maravilloso que puede ocurrir; es la más grande de las bendiciones.

En esa nada, en ese vacío, en esa ausencia de ser, en ese shunyata, la seguridad y la estabilidad son totales.

Les sorprenderá saber que la seguridad y la estabilidad son totales cuando ya no se es. Todos los miedos desaparecen porque, ¿cuál es el miedo fundamental?. El miedo fundamental es el miedo a la muerte y todos los demás miedos son reflejos de éste. Todos los demás miedos se pueden reducir a uno solo: el miedo a morir, el miedo a desaparecer algún día: "Soy, pero llegará el día en que ya no seré". He ahí el miedo fundamental.

Para evitar ese miedo, nos comenzamos a mover de tal manera que podamos vivir el mayor tiempo posible. Ese miedo nos incita a tratar de asegurar la vida transando y buscando más y más seguridad. Entonces nos paralizamos, porque mientras más seguros y a salvo, menos vivos estamos.

La vida está presente en los desafíos y en la crisis. La vida necesita inseguridad, se nutre de la inseguridad. Siempre que hay inseguridad nos sentimos más vivos, más alertas. Esa es la razón por la cual tanto ricos son tan insulsos; los invade una especie de torpeza y sopor. Es tan grande su seguridad que no hay desafíos. Es tan grande su seguridad que no necesitan ser inteligentes. ¿Para qué necesitan inteligencia en medio de tanta seguridad? La inteligencia nace del peligro y se necesita para enfrentar desafíos.

Por tanto, el miedo a la muerte nos impulsa a buscar la seguridad, el dinero en el banco, los seguros, el matrimonio, la estabilidad, el hogar. Nos convertimos en ciudadanos de un país, nos vinculamos a un partido político, nos unimos a una iglesia, nos hacemos hinduístas, cristianos, musulmanes. Todas esas son formas de buscar la seguridad. Todas son formas de buscar un sitio al cual pertenecer...

Cuando conozcas ese vacío interior, perderás el miedo porque habrás vivido la muerte. Ella sucede en ese vacío. En ese vacío desaparecerás, de modo que ya no tendrás nada que temer. ¿A qué podrías temerle? ¿A quién? ¿Y quién podría tener miedo? En ese vacío desaparecen todos los miedos porque allí sucede la muerte. Toda posibilidad de morir desaparece. Sentirás una especie de eternidad, de ausencia de muerte. La eternidad habrá llegado y no tendrás que buscar seguridad. Ya no la necesitarás.

Ese es el estado del sannyasin, es el estado en el cual no necesitas ser parte de un país, o de una iglesia o de ninguna otra tontería de esas.

Es solamente cuando no tengas nada que podrás ser tú mismo. Parece paradójico...

No tendrás que transarte porque eso es algo que haces a causa del miedo y de la codicia. Y podrás vivir en permanente rebelión porque no tendrás nada que perder. Podrás encarnar la rebelión misma, porque no tendrás nada que perder. Nadie podrá matarte porque ya tú mismo lo habrás hecho. Nadie podrá quitarte nada porque ya lo habrás abandonado todo. Estarás en la nada, serás la nada. De allí ese fenómeno paradójico de que la nada da lugar a una gran seguridad, una gran tranquilidad y una gran estabilidad, puesto que desaparece la posibilidad de la muerte.

Y con la muerte desaparece el tiempo. Con la muerte desaparecen los problemas creados por la muerte y el tiempo. Y, a su paso, todas estas desapariciones dejan espacio para un cielo puro. Este cielo puro es samadhi, el nirvana".

ENAMORAMIENTO


El enamoramiento es un estado de ánimo, un desencadenante de la experiencia amorosa. Dicha experiencia puede ser compartida o no por la otra persona; si esta responde a nuestro deseo amoroso, es la vivencia del éxtasis, la magia. No parece haber barreras para los amantes, como si nada tuviera mayor sentido que ellos mismos.

Cuando, por el contrario, no existe una correspondencia, el deseo y la frustración continua generan un estado de tristeza profunda. Toda esa energía que genera el enamoramiento, al no encontrar respuesta, se vuelve contra uno mismo generando autodestrucción. Se pierde la alegría, el deseo de vivir, y uno se ve a sí mismo inferior, pensando cosas como: "... algo malo tendré para que no me quiera...; no soy lo suficientemente guapo/a, simpático/a...; nunca encontraré a nadie para mí...; no me volveré nunca a enamorar..." Hay que hacer una despedida interior, vivir el duelo y prepararse para una nueva apertura.

La persona enamorada puede sentir sensaciones de frío, calor, tener taquicardia, ponerse a temblar, enrojecer ante la presencia de la persona amada o con solo oír su nombre. Se vive con gran intensidad, pero también con gran inseguridad, llegando a sentir desde la alegría más absoluta a la tristeza más profunda por el miedo al abandono del ser amado.

El pensamiento se convierte en obsesivo, "...no puedo dejar de pensar en el/ella..." Se está pendiente de una palabra suya de afecto, de una sonrisa, una mirada, una llamada de teléfono..., para asegurarnos de que existe una correspondencia.

El comportamiento es compulsivo: impulso de frecuentar los lugares por donde pasa, hablar continuamente de el/ella, de sus características físicas, de su personalidad... Nos sentimos totalmente seducidos por esa persona, todo cuanto hace o dice es maravilloso. Tiene gracia, es inteligente, valor, honradez, coherencia...

El enamoramiento puede manifestarse bruscamente -es el flechazo- o como la transformación de una relación que se inició como amistosa.

Cuando estamos enamorados/as, se desea estar el máximo posible del tiempo con la persona amada, incorporarlo a nuestro mundo, a nuestra vida. Se busca contacto a través de la piel, la mirada, se busca su proximidad, sentir su energía.

Vivir el enamoramiento es como estar en otro mundo. Es vivir en la fantasía. No vemos al amado como es, sino que sólo vemos algunas de sus partes, aquellas que deseamos ver o que deseamos que tenga. Lo convertimos en la pareja ideal, interpretando su comportamiento en base a nuestras fantasías. En realidad nos imaginamos como es y nos lo creemos, a veces acertamos en algo, pero otras después de este período, incluso se llega a pensar: "...como me pude enamorar de esta persona, ...cómo no me di cuenta de como era, ... antes no era así..." Es la idealización del ser amado.

Todo cuanto hace o dice nos parece hermoso, no tiene defectos, incluso no entendemos como alguien puede verle alguno, incluso si vemos algo que en otras personas sería negativo, en el ser amado no tiene importancia. En este período se altera nuestra manera de vivir el tiempo y el espacio, no existe otra realidad que el ser amado. El tiempo parece muy corto en su presencia y muy largo en su ausencia.

Cuando una persona está enamorada es fácilmente reconocida por los otros a través de todo un lenguaje corporal, la forma de mirar al otro, de escucharle, de sonreirle... Enamorarse produce placer, nos volvemos más receptivos con todos los sentidos: somos capaces de detectar sútiles cambios de voz, de la mirada, del gesto, nos permitimos también sentir más las emociones y todo nuestro organismo se revitaliza.

También aumenta nuestra autoestima, nos sentimos más seguros e importantes, queridos/as, incluso aquellos aspectos que antes no nos gustaban de nosotros mismos, ya no son tan importantes. Es como si de repente nos sintiéramos hermosos, útiles, inteligentes, fuertes, deseados/as... y nos convertimos en todo aquello que queremos ser o que cree el otro que somos.

Sin embargo, cuando nos enamoramos aparece la siguiente creencia: que la otra persona ha de corresponder ( de lo contrario, es injusto).

El enamoramiento, como todos los procesos internos, se produce individualmente, y a veces maravillosamente se da a dúo, pero en otras ocasiones no es correspondido. En este caso es cuando, unido al placer del enamoramiento, aparece la tristeza, la melancolía amorosa.

Es una experiencia que nos une, querámoslo o no, con la persona amada, incluso aunque esta no quiera. Le amamos intensamente y le hacemos objeto de nuestro deseo, de nuestras ilusiones y fantasías. Pero la otra persona puede no sentir lo mismo. El enamoramiento no es algo voluntario, ni se puede crear ni hacerlo desaparecer. Existe o no existe. Es un proceso que hay que pasar, como el desamor.

martes, 14 de julio de 2009

deUNAamiga

RESPIREMOS

Antes que la mañana llegue,
voy a cubrirte de letras,
en cada vena
van a rozarte mis labios
y una luna encantada sin prejuicios,
besará tus rodillas.

Caminando sobre el viaducto de tus pestañas,
luz que abarca integro mi cuerpo.
Nido de dedos, piel suave que imanta,
blancas y negras que suspira el tiempo.
Mis manos te sueñan, te tejen, te escriben.
Tus labios que abren,
prado verde sobre mis piernas,
dibujando soles anclados en mi cuello.
La muerte y el dolor
bailan sobre el hielo.
Los coros,
sanguijuelas sin límites
devoran la noche,
mutilando muros.
Mis labios rodando sobre la urbe de tu espalda,
conteniendo las dagas,
canales desnudos de burbujas aspiradas.
Habitación donde traspasa el cielo
en tus axilas
y tu cabello acaricia
la esquina del alma.
Se estrangulan los edificios
en el Paraná,
rojos muerden canciones en soledad,
orquesta de ritos alzan los barrios
quemando la peatonal.

Traspasará la imagen,
más allá de los cuerpos,
descanso en tus brazos.

dejemosHuellasParaQUEnosSIGAN

Creo fervientemente que la vida tiene mucho más sentido que el solo hecho de vivirla. Y sólo depende de nosotros dejar huellas. Dicen que una luz en la noche puede ser un punto guía para un viajante... Que una voz que se propaga en la inmensidad del vacío... es mucho más alentadora que un silencio total. Por eso amigos míos podemos cambiar muchas más cosas de las que creemos, tan sólo debemos esforzarnos en ser mejores, para así con un conjunto de acciones pequeñas poder llegar a un gran cambio. Desde cambiar actitudes en el seno de nuestra familia, a contribuir con nuestros vecinos, barrio u entorno, facilitaría tener un mundo un poco mejor, una Argentina un poco más bella. Recuerden siempre estas frases: una buena actitud contribuye a un mundo algo más bueno y una mala a uno un tanto más hostil. Sencillas pero claras, ¿no? Por último, no es santo aquel quien hizo cosas extraordinarias, sino aquel que hizo cosas ordinarias de una manera extraordinaria. Así que seamos luz para iluminar a caminantes y seamos voz para atraerlos. Dejemos huellas para que nos sigan.

Andres Regiardo

JULIO Cortazar

LOS AMIGOS

En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.

salvador dali

Para ver el mundo con la optica de una de las personas mas discutidas del arte contemporaneo, pero sin duda un grande !!! indiscutido

argentina latende

aqui les dejo un enñace de YOU tube para ue vean UNA de las 9 partes de un documental muymuy interesante no se lo pierdan,Hagan click en el enlace

LHC

Hacer click en "LHC" nota imperdible

jueves, 9 de octubre de 2008

Jorge Luis Borges

De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.

Mahatma Gandhi

Es mejor ser violento, si hay violencia en nuestros corazones, que colocarnos una capa de no-violencia para cubrir la impotencia.

Mahatma Gandhi

No puedo enseñarles violencia dado que yo mismo no creo en ella. Sólo puedo enseñarles a no inclinar sus cabezas ante nadie aún a costa de sus vidas.

Jesús de Nazaret

Ustedes han oído que se dijo: "Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo." Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles?

Jesús de Nazaret

Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Para que haya una verdadera relación íntima, el otro me tiene que atraer

No importa si es un varón, una mujer, un amigo, un hermano... el otro tiene que ser atractivo para mi. Me
tiene que gustar lo que veo, lo que escucho, lo que es el otro es. No todo, pero me tiene que gustar.
Si en verdad el otro no me gusta, si no hay nada que me atraiga, podremos tener una relación cordial,
podremos trabajar juntos, podremos cruzarnos y hacer cosas de a dos, pero no vamos a poder intimar.
Para poder intimar, además de la apertura, la confianza, la capacidad para exponerme, el vínculo afectivo, la
afinidad, la capacidad de comunicación, la tolerancia mutua, las experiencias compartidas, los proyectos, el
deseo de crecer y demás, como si fuera poco el otro, fundamentalmente, tiene que gustarme, tengo que poder
ser atraído por el otro.
El gusto por el otro no es necesariamente físico. Puede gustamre su manera de decir las cosas su manera de
hacer, su pensamiento su corazón. Pero, repito, la atracción tiene que estar.
Existen algunas parejas a las que les gustaría mucho intimar, pro se encuentran con quien si bien es cierto
que se quieren muchísimo y que pueden confiar, algo ha pasado con la posibilidad de gustarse mutuamente:
se ha perdido. Entonces llegan a un consultorio, hablan con una pareja amiga o con un sacerdote y dicen: “No
se qué nos pasa, nada es igual, no tenemos ganas de vernos, no sé si nos queremos o no”, y a veces, lo único
que pasa es que la atracción ha dejado de suceder hace tiempo.
Anímense a hacer un ejercicio.
Elijan a alguien con quien creen que tienen una relación íntima y hagan cada uno por separado una lista de
todo lo que creen que hoy les atrae de esa persona. Atención, digo HOY. No lo que les atrajo allá y entonces,
sino lo que les gusta de ese otro ahora. Después, siéntense un largo rato juntos y compartan sus listas.
Aprovechen a decírselo en palabras. Es tan lindo escuchar al otro decir: “Me gusta de vos...”.
De las tres patas, la de la atracción tiene una característica especial: es la única que no tiene memoria.

Intimidad implica entrega

Porque la idea de la entrega y la franqueza tiene un problema. Si yo me abro, quedo en un lugar
forzosamente vulnerable.
Desde luego que si, la intimidad es un espacio vulnerable por definición y por lo tanto inevitablemente riesgos.
Con el corazón abierto, el daño que me puede hacer aquel con quien intimo es mucho mayor que en cualquier
otro tipo de vínculo.
La entrega implica sacarme la coraza y quedarme expuesto, blandito y desprotegido.
Intimar es darle al otro las herramientas y la llave para que pueda hacerme daño teniendo la certeza de que
no lo va a hacer.
Por eso, la intimidad es una relación que no se da rápidamente, sino que se construye en un proceso
permanente de desarrollo y transformación. En ella, despacito, vamos encontrando el deseo de abrirnos,
vamos corriendo uno por uno todos los riesgos de la entrega y de la autenticidad, vamos develando nuestros
misterios a medida que conquistamos mas espacios de aceptación y apertura.

domingo, 5 de octubre de 2008

HACER EL AMOR

Hacer el amor es coger cuando el vínculo que hay entre nosotros es el amor.
Si yo no amo, no puedo hacer el amor. Lo puedo llamar como quiera, pero no es un acto amoroso, y como no
es un acto amoroso no es hacer el amor.
No tiene nada de malo coger sin hacer el amor.
No es mejor hacer el amor que coger.
No es mejor coger que fifar.
Son tres cosas diferentes y ninguna es mejor o peor que la otra.
En todo caso, sería bueno saber que estamos haciendo en cada momento, para esclarecer lo que nos pasa.
Y no creer que necesariamente para tener una actividad sexual hace falta hacer el amor. A fin de cuentas, es
una decisión personal.
Por ejemplo, yo puedo decidir que fifar, a mi, Jorge Bucay, no me interesa mas, que no me parece divertido,
que no me alcanza. Podría decidir que el hecho de coger no me interesa mas y que me interesa solamente
hacer el amor. Y podría centrarme en esta elección. De hecho, para mi es mucho mejor coger que fifar y es
mucho mas placentero hacer el amor que coger. Pero no por esto voy a hacer creer a los demás que lo único
que sirve, que lo único bueno, valedero y sano es el sexo que se tiene haciendo el amor. Esto es así con mi
equipaje y en mi etapa del viaje.
Decirlo de otra manera sería no sólo una exageración sino, además, una gran mentira.
Que yo agregue cosas al hacer el amor para hacer la relación mas completa, mas trascendente, mas intensa
o mas energéticamente movilizadora para mi, no quiere decir que coger no sea sexo ni que fifar no sirva.
Ninguna de las tres formas excluye a la posibilidad de disfrutar.
Uno puede comer un helado de crema.
Uno puede comer un helado de crema bañado en chocolate.
Uno puede comer un helado de crema bañado en chocolate y ponerle una frutilla arriba.
Suponiendo que a mi me gustan estas tres cosas, cada vez, el helado resultante será mas rico.
Pero esto no quiere decir que el helado de crema solo no sea un helado, que el helado sin frutilla no sea rico,
etc.
A medida que pasa el tiempo, uno se va poniendo mas exigente con su sexualidad. Como si con el correr de
los años conformara menos el mero placer y se buscara mas comprometidamente aquellos encuentros que
realmente satisfacen.

La sexualidad es para el ser humano, mas que para ningún otro ser vivo, una fuente de placer.

En la especie humana, el encuentro sexual se produce, las mas veces, sin estar ligado a la intención de
procrear.
Pero como en nuestra cultura no hay placer sin culpa, entonces hablar de sexualidad aparece la historia del
placer culposo.
Cuando éramos chicos, la masturbación era una historia dramática, terrible y peligrosa que las madres y los
padres censuraban y criticaban.
Algunos de los mitos que excedían el castigo de Dios era para los varones, la amenaza del crecimiento de
pelos en las palmas de las manos... o de volverse tarado... o de terminar locos (algunos hemos quedado un
poco locos pero dudo que sea sólo por eso).
Para las mujeres, la censura amenazaba con el peligro de lastimarse y no poder tener hijos cuando fueran
grandes.
Los padres de hoy aprendimos que la masturbación es parte de la evolución normal de nuestros hijos, y al
comprenderlo hemos dejado de hacer de la exploración que efectúan en sus propios cuerpos un motivo de
persecución o de miradas censuradoras.
Afortunadamente, la sexualidad ya no es una cosa vedada de la que los chicos no puedan hablar.
Sin intención de ser excluyente, me parece importante aclarar que me propongo escribir aquí sobre el
encuentro heterosexual entre adultos sanos (o mejor dicho, crecidos no demasiado neuróticos.)
Me contaron un cuento muy divertido.
Una señora va a una aerolínea a compara dos pasajes en primera clase a Madrid. En la conversación, al
pedir los nombres de los pasajeros el empleado descubre que el acompañante de la señora es un mono. La
compañía se opone y el argumento de que si ella paga el pasaje puede viajar con quien quiera es radicalmente
rechazado.
Si bien en un principio la compañía adopta esta actitud, una oportuna corta de recomendación de un político
de turno logra que le den un permiso para llevar al mono, no en un asiento sino en una jaula, como marcaba la
norma, tapado con una lona, pero en la zona de equipaje de las azafatas en el fondo de la cabina del avión.
La mujer acepta la negociación de mal grado y el día del vuelo sube al avión con la jaula cubierta con una
lona verde que llevaba bordado el nombre del mono: FEDERICO. Ella misma lo traslada al estante de puerta
de tijera del fondo y se despide de el. “Pronto estaremos en tu tierra, Federico , como se lo prometí a Joaquín”.
Da un vistazo para controlar el lugar y vuelve a primera clase a acomodarse en su asiento.
A mitad del viaje, una azafata muy atenta tiene la ocurrencia de convidar al mono con una banana, y para su
sorpresa, se encuentra con que el animal está tirado inmóvil en el piso de la jaula. La azafata ahoga un grito
de horror { y llama al comisario de a bordo, no tan preocupada por el mono como por su trabajo. Todos
sabían que la señora dueña del mono venía muy recomendada.
En el avión se arma un tremendo desparramo. Todos corren de aquí para allá. El comandante se acerca a
Federico y le hace respiración boca a boca y masaje cardíaco. Durante mas de una hora intentan reanimarlo,
pero no ocurre nada. El animal está definitivamente muerto.
La tripulación decide enviar un cable a la base para explicar la situación. La respuesta que reciben tarda
media hora e llegar. Hay que evitar que la pasajera se entere de lo sucedido. “Si la señora hace un escándalo
posiblemente los dejen a todos en la calle. Tenemos una idea. Sáquenle una foto al mono y mándenla por fax
al aeropuerto de Barajas en Madrid. Nosotros daremos instrucciones para reemplazar el simio apenas aterrice
el avión”.
El personal a cargo efectúa la orden al pie de la letra. Envían la foto y en el aeropuerto ya se están llevando a
cabo los preparativos para la operación de sustitución. Mientras esperan que el avión aterrice, comparan la foto
del mono de la pasajera con el mono conseguido. Al mono muerto le falta un diente, entonces le arrancan uno
con una tenaza al falso Federico. Luego ven que aquel tiene una marca rojiza en la frente, así que con
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matizador maquillan al mono nuevo. Detalle por detalle arreglan las diferencias hasta que finalmente u rápido
hachazo equipara el largo de sus colas. Terminan el trabajo justo, justo cuando el avión aterriza. Las asistentes
suben rápidamente, sacan a Federico de la jaula, lo tiran al cesto de basura y ponen al mono nuevo en su
lugar. Lo tapan con la lona y el comisario es designado para entregarlo.
Con una sonrisa, el hombre entrega la jaula a la señora mientras dice:
- Señora, su mono
La señora levanta la lona y dice:
- ¡Ay Federico!. Estamos otra vez en tierra.
Pero cuando lo mira bien, exclama:
- ¡Este no es Federico!.
- ¿Cómo que no es?. Miré tiene rojizo acá, le falta el dientito...
-¡ Este no es Federico!
- Señora, todos los monos son iguales, ¿cómo sabe que no es Federico .
- Porque Federico... estaba muerto.
Y entonces todos se enteran de lo que nunca pensaron. La señora llevaba la mono a España para enterrarlo,
porque era una promesa que le había hecho a su marido antes de morir.
Lo cierto del cuento es que nadie sabe mejor que yo lo que llevo en mi equipaje, lo que yo llevo lo sé yo.
¿Quién me va a decir a mi como tengo que viajar?
Elegí este cuento como comienzo para decir que no se puede hablar de sexo desde otro lugar que no sea el
de la propia experiencia, que es el equipaje que cada uno carga.
Como en estas cosas no hay verdades reveladas, y si las hay yo no las tengo, no es necesario aclarar que
las cosas que digo pertenecen a lo que yo como terapeuta, como persona y como individuo sexuado que vive
en esta sociedad que compartimos. Por lo tanto, se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con ellas, es
decir, no tienen por que ser valederas para todos.
En primer lugar, hace falta desmitificar algunas creencias que hemos heredado sobre nuestra sexualidad.
La primera es que el sexo saludable, pleno, disfrutable, inconmensurable y no se cuántos “-ables” mas, y que
tiene que venir por fuerza ligado al amor.
Es una idea interesante, falsa pero interesante.
Tanto ligamos el sexo al amor que hablamos de “hacer el amor” como si fuera sinónimo de encuentro sexual.
Y la verdad es que no son sinónimos.

EL SEXO, UN ENCUENTRO ESPECIAL

La actividad sexual de todos empezó con el
contacto erótico y sensual con el propio cuerpo.
La masturbación no tiene nada de malo, es
maravillosa una gran fuente de placer
independiente, pero tiene un solo problema:
no es suficiente. Si uno quiere mas... entonces
tiene que buscar mas allá, y lo primero que saldrá
a buscar es otra mano parecida a la propia.
Este es el descubrimiento de la homosexualidad,
por la cual transitamos todos por un tiempo, la
actuemos o no. La homosexualidad no tiene nada
de malo, es maravillosa, puede dar mucho placer,
pero tiene un solo problema: no es suficiente. Si
uno quiere mas... entonces, tiene que complicarse,
tiene que buscar lo diferente. Y la complicación
es enredarse con el otro sexo.
Este es el descubrimiento de la heterosexualidad..
Por su puesto, la heterosexualidad no tiene nada
de malo, es maravillosa, y uno puede obtener gran placer de ella, pero tiene un solo
problema: no es
suficiente. Si uno quiere mas... entonces tiene que
llegar a la abstinencia y a la meditación.
Pero antes de llegar ahí hay que haber tenido
todo el sexo que uno desee. Porque a la abstinencia
nunca se llega antes de sentir que todo el placer
encontrado ha sido insuficiente

Si dejáramos a los padres sentir las cosas que las madres dicen sentir en exclusividad, quizás no

Si la madre cree tener unívocamente derecho a la posesión sobre los hijos y la sociedad se la avala, ¿qué
lugar le queda al papá?. Es responsabilidad del papá la manutención económica y de la mamá la contención y
la presencia afectiva.
Así, la estructura social dice que a la madre no se la puede separar del chico, con toda razón, y que si se
puede separar al padre del chico, con no se cuánta razón.
Y sin embargo eso dicen los expertos. ¿Podemos creerles?.
En la película “Juego de seducción”, un hombre de aspecto rural cuenta en cámara la siguiente historia:
Cuando yo tenía 8 años, encontré el Río Perdido. Nadie sabía dónde estaba, nadie en mi condado podía
decirte cómo llegar, pero todos hablaban de el. Cuando llegué por primera vez al Río Perdido, me di cuenta
rápidamente de que estaba allí. Uno se da cuenta cuando llegue. ¡Era el lugar mas hermoso que jamás vi,
había árboles que caían sobre el río y algunos peces enormes navegaban en las aguas transparentes!. Así que
me saqué la ropa y me tiré al río y nadé entre los peces y sentí el brillo del sol en el agua, y sentí que estaba en
el paraíso. Después de pasar la tarde de ahí, me fui marcando todo el camino hasta llegar a mi casa y allí le
dije a mi padre:
- Papá, encontré el Río Perdido.
Mi papá me miró rápidamente y se dio cuenta de que no mentía. Entonces me acarició la cabeza y me dijo:
- Yo tenía mas o menos tu edad cuando lo vi por primera vez. Nunca pude volver.
Y yo le dije:
- No, no... Pero yo marqué el camino, dejé huellas y corté ramas, así que podemos volver juntos.
Al día siguiente, cuando quise volver, no puede encontrar las marcas que había hecho, y el río se volvió
perdido también para mi. Entonces me quedó el recuerdo y la sensación de que tenía que buscarlo una vez
mas.
Dos años después, una tarde de otoño, fuimos a la dirección de guardaparques del condado porque mi papá
necesitaba trabajo. Bajamos a un sótano, y mientras papá esperaba un una fila para ser entrevista, vi que en
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una pared había un mapa enorme que reproducía cada lugar del condado: cada montaña, cada río, cada
accidente geográfico estaba ahí. Así que me acerqué con mis hermanos, que eran menores, para tratar de
encontrar el Río Perdido y mostrárselo a ellos. Buscamos y buscamos, pero sin éxito.
Entonces se acercó un guardaparques grandote, con bigotes, que me dijo:
- ¿Qué estás buscando, hijo?
- Buscamos el Río Perdido - dije yo, esperando su ayuda.
Pero el hombre respondió:
- No existe ese lugar.
- ¿Cómo que no existe?. Yo nadé ahí.
Entonces el me dijo:
- Nadaste en el Río Rojo.
Y yo le dije:
- Nadé en los dos, y se la diferencia.
Pero el insistió:
- Ese lugar no existe.
En eso regresó mi papá, le tiré del pantalón y le dije:
- Decile, papá, decile que existe el Río Perdido.
Y entonces el señor de uniforme dijo:
- Mirá niño, este país depende de que los mapas sean fieles a la realidad. Cualquier cosa que existiera y no
estuviese aquí en el mapa del servicio oficial de guardaparques de los Estados Unidos, sería una amenaza
contra la seguridad del país. Así que si en este mapa dice que el Río Perdido no existe, el Río Perdido no
existe.
Yo seguí tirando de la manga de mi papá y le dije:
- Papá, decile...
Mi papá necesitaba el trabajo, así que bajó la cabeza y dijo:
- No hijo, el es experto, si el dice que no existe...
Y ese día aprendí algo: Cuidado con los expertos. Si nadaste en un lugar, si mojaste tu cuerpo en un río, si te
bañaste de sol en una orilla, no dejes que los expertos te convenzan de que no existe. Confiá mas en tus
sensaciones que los expertos, porque los expertos, son gente que se moja pocas veces.
¿Cuántos hijos habrán tenido esos expertos que excluyen del vínculo emocional a los padres?.
¿En que río no habrán nadado?
La verdad, ¿qué imprta lo que digan los psicólogos?. Que imprta lo que diga yo, lo que digan los libros, ¡que
importa lo que diga nadie!. Lo que importa en el amor es lo que cada uno siente.
Porque cada uno sabe perfectamente cuánto quiere a sus hijos, porque en todo caso este es tu Río Perdido,
el que no está en ningún mapa.
El primer embarazo de mi esposa no lo diagnosticó el obstetra, lo diagnosticó mi clínico. Sucedió que en dos
semanas yo engordé 5 kilos, me sentía mareado, tenía náuseas, y fui a ver a mi médico. El me revisó y me
dijo:
- ¿No estará embarazada Perli?
Yo le dije que no porque realmente no sabíamos nada. Así que volvía a casa y le dije a mi esposa:
- ¿Estás embarazada vos?
- No, tengo un atraso de una semana, pero no creo...
Y ocho meses después nacía Demián.
Todos los hombres han sentido envidia de no ser capaces de llevar en la panza a sus hijos, y esta envidia
tiene muchos matices y redunda en muchas actitudes. Pero sobre todo, en una sociedad que carga al varón
con mucho peso respecto de la responsabilidad, una sociedad que frente a un embarazo lo que les dice a las
mujeres es: “Que suerte, te felicito”, y a los hombres le dice: “Se acabó la joda, macho, ahora si que vas a tener
que yugar”... yo me pregunto: ¿Cómo el hombre no va a tener ganas de irse al cuerno?. ¿No seremos
nosotros los que estamos condicionando estas respuestas dándole tanto lugar de privilegio al amor de la
madre y desplazando el lugar amoroso del padre?.
Desde el punto de vista de mi especialidad, siempre sé que hay un trastorno severo previo en alguien que no
querer a su propio hijo. Pero también se que no necesariamente hay un trastorno estructural severo en alguien
que no quiere a su papá o a su mamá. Sufrirá, y padecerá la historia de no quererlos, pero no forzosamente
tiene un trastorno de personalidad.
Uno podría pensar que, por la continuidad genética, este fenómeno de la vivencia de prolongación sucede
sólo con los hijos biológicos. Pero no es así. A los hijos adoptivos se los quiere exactamente igual, con la
misma intensidad y la misma incondicionalidad que a los hijos naturales, y esto es fantástico. Adoptar no quiere
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decir criar ni anotar oficialmente a alguien en nuestra libreta matrimonial, significa darle a ese nuevo hijo el
lugar de ser una prolongación nuestra.
Cuando yo adopto verdaderamente desde el corazón, mi hijo es vivido por mi como si fuera un pedazo mío,
exactamente igual, con la misma amorosa actitud y con la misma terrible fusión que siento con u n hijo
biológico.
Y así como ambos llegaron a nuestras vidas por una decisión que tomamos, así, nuestros hijos, biológicos o
adoptados, son vividos como una materialización de nuestro deseo y también como la respuesta a alguna
insatisfacción o necesidad de reparación. Por eso los condicionamos con nuestras historias, las buenas y
malas. Los educamos desde nuestras estructuras mas sanas y también desde nuestro lado mas neurótico, lo
cual, como digo siempre un poco en broma y un poco en serio, quizás no sea tan malo para ellos. Pobres de
mis hijos si les hubiese tocado tener dos padres normales, carentes de un nivel razonable de neurosis.
¡Imagínense!, aterrizar sin entrenamientos en un mundo como el que vivimos, lleno de neuróticos... sería un
martirio.
Con Perla y conmigo, mis afortunados hijos simplemente salieron a la calle y dijeron:
“¡Ah!. ¡Es como en mi casa!. ¡Está todo bien!”...
Aprendieron a manejarse con padres neuróticos para poder manejarse en la vida. Lo digo en tono irónico,
pero es cierto.
A nuestros hijos les sirve nuestra neurosis porque, les guste o no, van a vivir inmersos en una sociedad
neurótica. Decía Erich Fromm: “Si a mi consultorio llega un hombre sano, mi función sería neurotizarlo
suficientemente para que pudiera vivir adaptado”.
DIVORCIO

La sensación de pertenencia y de la incondicionalidad es de los padres para con los hijos, pero de

¿Serán capaces los hijos de sentir esto alguna vez?
Si... por sus hijos. Pero no por mi.
El amor de los padres es un amor desparejo que se completa en la generación siguiente. Se trata de un caso
de reciprocidad diferida o mas bien, debo decir, desplazada, devolverás en tus hijos lo que yo te di.
No es ningún mérito querer a los hijos, pero para que ellos puedan querernos, van a tener que tomarse todo
el trabajo.... Van a tener que empezar por ver un pedazo de nosotros en el cual se pueden proyectar...
identificarse luego con él... y transformar esa identificación en amor. Y entonces nos querrán (o no)
dependiendo de lo que les haya pasado en ese vínculo.
Estoy hablando del amor de la madre y del padre. La vivencia de la prolongación no es una cosa selectiva de
la mamá, es una vivencia de la mamá y del papá.
Hay mujeres que, además del privilegio del embarazo, creen tener el oscuro derecho de negar que a los
hombres también nos sucede esto con nuestros hijos,
En una de mis charlas, una señora me dijo:
“Yo estudié que el amor de la madre por el hijo se da naturalmente, y que el amor del padre por el hijo se da a
través del deseo por la madre”.
Y siguió ante la mirada de la sala.
“No lo digo desde mi, sino por estudios que se han hecho...”.
Lo que ocurre es que algunos de los primeros terapeutas eran bastante antiparentales. Yo creo que era una
manera de confrontar la tradicional verticalidad de la educación escolástica. En verdad, no se que habrá
pasado con aquellos psicoanalistas y sus hijos, pero lo que me pasó a mi y lo que le pasa a la gente que yo
conozco, es que siente el amor por lo hijos desde todos lados y mas allá de la historia del amor por su madre.
de lo contrario, no se entendería como un padre es capaz de dar su vida por el hijo y no siempre por su
esposa. Algo debe pasar. A mi no me coincide. Es mas, creo que si alguien quiere a su hijo a partir del amor de
la esposa, algo muy complicado le está pasando en la cabeza. Mas allá de lo que digan los libros.
Si bien es verdad que porcentualmente se ven mas hijos abandonados por los padres que por las madres,
habría que ver si esto demuestra que los padres son incapaces de querer a los hijos como una prolongación
propia, o si es el afecto de una derivación social, donde el lugar que se le da al padre motiva esta actitud.

La confianza en una relación íntima implica tal grado de sinceridad con el otro, que yo no contemplo

Es importante acceder a este desafío: darse cuenta de que el amor, la atracción y la confianza son cosas que
suceden o que no suceden. Y si no suceden, la relación puede ser buena, pero no será íntima y trascendente.
Siempre digo que la vida es una transacción no comercial, una transacción a secas donde uno da y recibe. La
intimidad está muy relacionada con aquello que doy y aquello que recibo. Y esto algo que a veces cuesta
aprender.
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Hay gente que va por el mundo creyendo que tiene que dar todo el tiempo sin permitir que le den nada,
creyendo que con su sacrificio están contribuyendo a sostener el vínculo. Si supieran lo odioso que es estar al
lado de alguien que da todo el tiempo y no quiere recibir, se llevarían una sorpresa.
Creen que son buenos porque están todo el tiempo dando, “sin pedir nada a cambio”. Es muy fastidioso estar
al lado de alguien que no puede recibir.
Una cosa es no pedir cosas a cambio de lo que doy y otra muy distinta es negarme a recibir algo que me dan
o rechazarlo porque yo decidí que no me lo merezco. Muy en el fondo el mensaje es “lo que das no sirve”, “tu
opinión no importa”, “lo tuyo no vale” y “vos no sabés”.
Hay que saber el daño que le hacemos al otro por negarnos a recibir lo que el otro, desde el corazón, tiene
para darnos.
La transacción que es la vida permite la entrega mutua que es, por supuesto, un pasaporte a la intimidad.
Como en todas las mesas, cada pata es indispensable. Pero en la mesa de tres, la necesidad es mucho mas
rigurosa.
En una mesa de cuatro patas, hasta cierto punto puedo equilibrar lo que apoyé en ella aunque falte una pata.
En las mesas de tres, en cambio, basta que una esté ausente o dañada para que la mesa y todo lo que
sostenía se venga abajo.

Para que haya una verdadera relación íntima, el otro me tiene que atraer.

No importa si es un varón, una mujer, un amigo, un hermano... el otro tiene que ser atractivo para mi. Me
tiene que gustar lo que veo, lo que escucho, lo que es el otro es. No todo, pero me tiene que gustar.
Si en verdad el otro no me gusta, si no hay nada que me atraiga, podremos tener una relación cordial,
podremos trabajar juntos, podremos cruzarnos y hacer cosas de a dos, pero no vamos a poder intimar.
Para poder intimar, además de la apertura, la confianza, la capacidad para exponerme, el vínculo afectivo, la
afinidad, la capacidad de comunicación, la tolerancia mutua, las experiencias compartidas, los proyectos, el
deseo de crecer y demás, como si fuera poco el otro, fundamentalmente, tiene que gustarme, tengo que poder
ser atraído por el otro.
El gusto por el otro no es necesariamente físico. Puede gustamre su manera de decir las cosas su manera de
hacer, su pensamiento su corazón. Pero, repito, la atracción tiene que estar.
Existen algunas parejas a las que les gustaría mucho intimar, pro se encuentran con quien si bien es cierto
que se quieren muchísimo y que pueden confiar, algo ha pasado con la posibilidad de gustarse mutuamente:
se ha perdido. Entonces llegan a un consultorio, hablan con una pareja amiga o con un sacerdote y dicen: “No
se qué nos pasa, nada es igual, no tenemos ganas de vernos, no sé si nos queremos o no”, y a veces, lo único
que pasa es que la atracción ha dejado de suceder hace tiempo.
Anímense a hacer un ejercicio.
Elijan a alguien con quien creen que tienen una relación íntima y hagan cada uno por separado una lista de
todo lo que creen que hoy les atrae de esa persona. Atención, digo HOY. No lo que les atrajo allá y entonces,
sino lo que les gusta de ese otro ahora. Después, siéntense un largo rato juntos y compartan sus listas.
Aprovechen a decírselo en palabras. Es tan lindo escuchar al otro decir: “Me gusta de vos...”.
De las tres patas, la de la atracción tiene una característica especial: es la única que no tiene memoria.